En esta obra, mediante un análisis de lo estético, Kant se sumerge en la
supuesta caracterología de individuos, pueblos y razas, llegando a
conclusiones que en muchos casos rayan en lo absurdo, cuando no en lo
patético. En efecto, el creador del archifamoso imperativo categórico,
se descubre imbuido de un criterio eurocentrista, dando, como comunmente
se dice, rienda suelta, a desvarios racistas.
¿Cómo entender esta flagrante contradicción en quien aconsejaba actuar de tal manera que la máxima de la conducta propia pudiera siempre devenir como principio de ley natural y universal? Realmente es difícil el entender como Immanuel Kant plantea sus apreciaciones racistas con tanta ligereza.
¿Cómo entender esta flagrante contradicción en quien aconsejaba actuar de tal manera que la máxima de la conducta propia pudiera siempre devenir como principio de ley natural y universal? Realmente es difícil el entender como Immanuel Kant plantea sus apreciaciones racistas con tanta ligereza.
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